Es una corriente estética cuyo propósito es llevar los ideales del comunismo al terreno del arte. Fue la tendencia artística predominante durante gran parte de la historia de la Unión Soviética, particularmente durante el gobierno de Iósif Stalin, en la República Popular China y, en general, en la mayoría de países socialistas.
El realismo socialista tiene sus raíces en el neoclacisismo y las tradiciones realistas de la literatura rusa del siglo XIX.
Su objetivo es exaltar al trabajador común, sea industrial o agrícola, al presentar su ida, trabajo y recreación como algo admirable.